Telescopio se desliza en las aguas del acuario, de vez en cuando se
detiene y mueve los labios. Pegada a la pecera la cucaracha
contempla esa maravilla dorada con ojos saltones y cola en
abanico.
El pez gira y abre los ojos aún más, ladea su cuerpo y sus labios
acarician el vidrio, la cucaracha se descontrola y resbala al ver los
ojos desorbitados del amor. Sube despacio, sin soltar los labios del pez,
miradas y aleteos insinuantes.
Telescopio la sigue ansioso hasta el borde de la pecera, se miran, ella
siente los labios de él en sus antenas. Respiran hondo,
mueven las alas y la cola con rapidez y sus cuerpos se hinchan de deseo.
Él abre su boca, su gran boca y le dice al pez Beta:
- Pruébalas - las cucarachas enamoradas son un manjar.